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La luna miente o, por lo menos, confunde. Con su constate ir y venir por el cielo, ahora por la mañana, ahora por la tarde o arriba del cielo toda la noche, lo seguro es que crea es confusión. A los que nos duele el cuello de mirar todas las noches para arriba, quizá nos puedan tomar por lunáticos.

El hombre a lo largo del tiempo se ha buscado las mañas para determinar en que sitio o con que forma aparecerá el satélite por los cielos. Hay que recordar que la luna, antes que el sol ha sido la referencia para las labores agrícolas, por lo que el acervo popular recoge sentencias y refranes referentes a la evolución de la luna, de su posición y tamaño, difícil de describir de una manera más explicita.

De esta manera supongo que alguien vio que la luna puede parecer una letra C o una letra D, dependiendo de que lado la ilumine el sol. Y la luna podía haberlo puesto claro por una vez, pero no, confundió de nuevo al observador y cuando aparenta tener forma de C de crecer lo que esta haciendo es decrecer y al contrario cuando aparenta una D de decrecer lo que hace es hacerse más grande. La luna si no miente, confunde.