Cúmulo de Hércules M13

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os cúmulos globulares son agrupaciones de cientos de millones de estrellas de Población II, es decir las estrellas más viejas de la galaxia, casi tan viejas como la misma galaxia. Son estas viejas estrellas las que le dan a los cúmulos globulares su típico color dorado, sólo visible por medio de la fotografía. Constituyen verdaderos fósiles galácticos por lo que mediante su estudio ayudan a comprender la evolución estelar.

Tienen una distribución casi esférica al estar unidos por la fuerza de la gravedad y aunque aparecen en el telescopio como una mancha blanquecina, son objetos extremadamente brillantes. Si viviéramos en el exterior de un cúmulo globular, no existiría la noche, tan solo un crepúsculo iluminado por miles de soles cercanos.

Orbitan a gran distancia de una galaxia, en lo que se denomina el Halo de la galaxia, predominando en el centro.

En 1918, Harlow Shapley, estudiando la distribución en el cielo de estos cúmulos y midiendo sus distancias, pudo determinar la localización del centro de la Vía Láctea.

Por la irregular distribución de los cúmulos globulares observados desde la Tierra, dedujo que el sol no está en el centro galáctico, como se pensaba hasta el momento, sino en un brazo externo (otro varapalo al antropocentrismo secular).

Posteriormente, Edwin Hubble descubrió cúmulos globulares en la vecina Galaxia de Andrómeda, y desde entonces se han encontrado cúmulos globulares rodeando muchas otras galaxias.

El mejor momento para observar cúmulos globulares es a final de la primavera y en verano, ya que, en esta época del año, la noche terrestre mira hacia el centro de la galaxia, donde éstos proliferan.

1 comentarios:

Mobesse dijo...

En este caso tus menos de mil palabras valen mucho más que la imagen. ¡Qué sugerente lo que dices del día perpetuo globular! Aunque, cuando empiecen las agencias de turismo a mandar gente, lo van a joder.